Juegos de juventud

Mi hijo es gamer. No lo digo como si fuera un pecado ni un defecto: es una realidad. Lo que empezó como muchos otros chicos jóvenes se transformó primero en un vicio y después en una vocación. Y ahora quiere ganarse la vida en el mundo de los videojuegos, ya sea como jugador o como diseñador. Y entonces pienso un poco en cómo era yo en su época y le entiendo bastante bien. Pero, ¿se puede uno ganar la vida como gamer?
Yo intento ser lo más comprensivo posible y a él le encanta mostrarme sus juegos y sus progresos. Y ya me ha hablado de una Diplomatura en Diseño y Creación de Videojuegos Madrid que pretende cursar. Siempre tuve claro que las personas debemos dedicarnos a nuestra vocación siempre que sea posible. No obstante, esto es fácil de decir, pero siempre surgen problemas y dudas. Por ejemplo, en ocasiones cuesta encontrar una vocación. En mi caso, aún a día de hoy, no sé cuál es mi vocación. Me gustaban demasiadas cosas y ninguna tanto como para elegirla como vocación. Quizás mi principal pasatiempo de siempre fuese la lectura… pero poca gente puede ganarse la vida tan solo leyendo.
Otro problema diferente en relación a la vocación es que esta se convierta en una posibilidad real de trabajar. Alguien puede ser un fanático de la pintura, pero si falta talento y/o oportunidades tal vez sea mejor dejar la vocación tan solo como afición: porque al final hay que pagar las facturas y demás. Esto es duro de escuchar, pero alguien lo tiene que decir, sobre todo un padre.
Supongo que un padre tiene que ejercer un poco de contrapeso en relación a la euforia de sus hijos. Por juventud, los chicos tienden a involucrarse a fondo en sus pasiones y tienen dificultad para dar dos pasos atrás y pensar en el futuro a largo plazo. Así es que cuando mi hijo me habló de la Diplomatura en Diseño y Creación de Videojuegos Madrid lo primero que hice fue dudar y tratar de que viese la cuestión desde otro punto de vista. Pero entonces él contraatacó con todo tipo de artículos y enlaces en los que se demostraba que lo suyo era un trabajo de futuro. Y tal vez tenga razón…