¿Cuáles son las intervenciones dentales más comunes?
Aunque la concienciación sobre el cuidado dental tiene un largo historial en nuestro país, las nuevas generaciones continúan siendo negligentes con su higiene bucal. De acuerdo con expertos odontólogos Santiago, una de las intervenciones más comunes es la gingivectomía, así como la gingivoplastia, que se identifican con cirugías de urgencia cuando la enfermedad periodontal está avanzada.
En concreto, la periodontitis obliga a los especialistas en odontología a intervenir quirúrgicamente debido a la infección grave que deteriora los tejidos circundantes a los dientes. De lo contrario, además de causar un daño irreparable a dichos tejidos, puede ocasionar la destrucción del hueso.
Otra de las cirugías dentales más solicitadas es la extracción de muelas del juicio. Por más que los antiguos romanos lo denominaran ‘diente de la sabiduría’ o dens sapientiae, esta pieza dental es fuente de dolores y molestias hasta su eliminación final, usualmente cuando se presentan los primeros signos de dolor. En caso de persistir el dolor sin encontrar solución, este síntoma podría irradiarse al rostro y agravarse la situación del afectado.
Por su parte, la implantología dental está más vigente que nunca en las clínicas de odontología. Su colocación se asocia frecuentemente con una cuestión estética. Sin embargo, los implantes dentales han demostrado optimizar la vida de la persona en múltiples aspectos: masticación de los alimentos, mejora de la fonética, desarrollo de autoconfianza, etcétera.
Con la pérdida de piezas dentales, se produce una disminución de la altura del hueso inmediato al seno maxilar. Este problema puede corregirse con la cirugía de elevación, de creciente popularidad en nuestro país, ya que puede realizarse con precisión por medio de un injerto óseo, existiendo otras técnicas eficaces.
Con diferencia, el blanqueamiento dental es uno de los servicios más demandados en odontología. Este tratamiento estético consiste en la eliminación de manchas provenientes del consumo de alimentos, los cigarros o las bebidas carbonatadas.