Camisetas gallegas: La suerte del principiante

Llevaba solo tres días en Vigo cuando me encontré con la tienda de camisetas gallegas. Era un local pequeño, pero lleno de color y vida, con camisetas de todos los tamaños y estilos, todas ellas con diseños relacionados con Galicia: el pulpo, la gaita, el castro de Santa Tecla… Me quedé fascinada.

Como buena recién llegada, no tenía ni idea de dónde buscar trabajo. Había enviado currículums a un montón de sitios, pero no había recibido ni una sola respuesta. Así que, decidida a no perder la oportunidad, entré en la tienda y pregunté si necesitaban personal.

La dependienta, una chica joven y sonriente, me dijo que sí, que estaban buscando a alguien para ayudar con las ventas y la atención al cliente. Me puse tan nerviosa que me temblaba la voz, pero ella me tranquilizó y me dijo que me entrevistaría al día siguiente.

Al día siguiente, volví a la tienda con el corazón encogido. La entrevista fue corta pero intensa. La chica me hizo algunas preguntas sobre mí, sobre mi experiencia laboral y sobre lo que sabía de Galicia. Yo le respondí lo mejor que pude, intentando transmitir mi entusiasmo por la cultura gallega y por la tienda.

Al final de la entrevista, me dijo que me llamaría enseguida. Salí de la tienda con una mezcla de nerviosismo y esperanza. No sabía si me habían cogido o no, pero lo que sí sabía es que había dado lo mejor de mí misma.

Y al cabo de unas horas, ¡el teléfono sonó! Era la chica de la tienda. Me dijo que me habían contratado. ¡No lo podía creer! Me había encontrado trabajo en Vigo en solo tres días, y además en un lugar que me encantaba.

Mi primer día de trabajo fue una locura. Había mucha gente y tuve que aprender a manejar la caja registradora, a atender a los clientes y a doblar las camisetas. Pero me lo pasé genial. El ambiente de la tienda era muy divertido y los clientes eran encantadores.

En las semanas siguientes, me fui familiarizando con la tienda y con los productos. Aprendí mucho sobre la cultura gallega y sobre los diseños de las camisetas. También conocí a los demás empleados, que eran un grupo de gente muy maja y con la que me lo pasaba genial.

Trabajar en la tienda de camisetas gallegas fue una experiencia increíble. Me permitió conocer gente nueva, aprender sobre una cultura fascinante y, lo más importante, encontrar un trabajo que me gustaba. No sé cuánto tiempo seguiré trabajando allí, pero lo que sí sé es que nunca olvidaré cómo conseguí ese trabajo en solo tres días.

¿Y tú? ¿Has tenido alguna vez una experiencia similar?

Si estás buscando camisetas gallegas Vigo, no dudes en visitar la tienda donde yo trabajo. ¡Te encantará!