Penalizaciones de permanencia en compañías telefónicas
Una de las cosas que más nos preocupan a la hora de contratar ofertas en adsl es el tiempo de permanencia, tanto el que podemos tener todavía con la compañía anterior como el que puedan obligarnos a cumplir en la nueva. Pero hay que tener en cuenta que no todas las permanencias son iguales.
En algunos se adquiere una permanencia a cambio de un descuento en un terminal de teléfono. En este caso hay que saber cuánto nos tocará abonar en caso de que queramos darnos de baja antes del tiempo previsto. Suele ser una cantidad fija que tiene que ver con el descuento en el teléfono o a veces, lo único que nos ata es el pago de las mensualidades del terminal, que se van abonando poco a poco junto con la factura del teléfono. Irnos antes de tiempo supone pagar de golpe todas las mensualidades pendientes porque se acabaría la financiación.
Pero en otros casos, todo tiene que ver con un descuento que se nos ofrece y la penalización de la permanencia va bajando de valor según pasa el tiempo. Por ejemplo, podemos conseguir que nos realicen la instalación gratis a cambio de permanecer un año con una compañía. Ellos pueden valorar esa instalación en 120 euros y poner ese dinero como penalización. Pero cada mes que transcurra se irá restando la parte correspondiente de la penalización, 10 euros. Por tanto, si ya llevamos seis meses en la compañía y nos queremos ir, debemos de abonar 60 euros y no los 120 iniciales.
Por tanto, en un momento determinado, puede valer la pena pagar la penalización si la oferta que nos ofrecen en la nueva compañía es mucho mejor que la actual y lo que se vaya a ahorrar compense en muy poco tiempo el dinero que hemos tenido que pagar para liberarnos del contrato que teníamos firmado.
Cuando se negocia una oferta es bueno tratar de tener la menor permanencia posible o, al menos, la menor cantidad posible de penalización para que, de esta manera, podamos cambiar si no estamos contentos o si se nos ofrece algo más interesante. Tener libertad de elección nos permite también negociar con la actual compañía desde una postura de fuerza, ya que saben que podemos marcharnos fácilmente y que no nos costará dinero hacerlo. Por eso, es frecuente que al menos igualen el precio que nos ofrecen.