Recomendaciones para elegir un seguro de decesos
La pérdida de un ser querido supone un duro golpe emocional, pero también una carga burocrática para los allegados, por la abundancia de trámites y gestiones que deberán asumir en un corto periodo de tiempo. Los seguros de decesos son una solución eficaz para agilizar el papeleo y delegar su gestión en profesionales, sin exponerse a cometer errores que puedan complicar la difícil situación.
Antes de contratar adelas decesos u otra aseguradora de prestigio, se recomienda informarse acerca del tramo de edad permitida, que por lo general será hasta los 65 años, si bien depende de la aseguradora. Juzgar que cuanto antes se contrate, mejor para el tomador puede ser un error, debido a los costes asociados a este producto asegurador (coste del sepelio, de la prima de seguro, etcétera).
La tipología de la prima es una cuestión desconocida para la mayoría de los interesados. Esta se define como la aportación económica que el seguro de decesos acarrea para los asegurados, pudiendo ser de dos clases: (1) la prima creciente, cuyo precio se incrementa a medida que lo hace la edad del tomador; es la opción más adecuada para contratantes menos de 60 años, pues ahorrarán un gasto considerable a largo plazo; y (2) la prima estable, cuyo coste está unido a las variaciones en el precio de los servicios fúnebres, con independencia de la edad del asegurado.
Con el paso de los años, las primas acumuladas pueden superar significativamente los gastos funerarios. En este caso, los familiares tienen derecho a solicitar el reintegro del sobrante, es decir, la cantidad de dinero que el tomado ha pagado de más.
Es aconsejable, además, consultar las diferentes coberturas de la póliza de decesos. Al igual que otros, este mercado vive un momento de saturación de oferta, y la competitividad de los productos aseguradores puede variar de forma drástica.