Refuerza tu vivienda con elementos que fusionan tradición y solidez

La estructura tejado de madera en Santiago me fascinó desde la primera vez que visité una casa de campo con ese aire rústico que parece sacado de un cuadro. El propietario me invitó a subir al desván y pude contemplar la robusta armazón que sostenía todo el peso de las tejas. Aquella madera, con sus vigas bien encajadas y su aroma a campo, transmitía una sensación de calidez que rara vez encuentras en los techos de hormigón.  

Decidí informarme sobre sus ventajas y descubrí que, lejos de ser algo obsoleto, un tejado de madera bien construido resulta muy duradero. El secreto está en elegir maderas de calidad, tratadas contra la humedad y los insectos, de modo que las vigas resistan durante décadas sin perder sus propiedades. Pensé que la madera era muy frágil ante la lluvia, pero me explicaron que los tratamientos actuales evitan que se pudra o que las termitas la encuentren apetecible.  

La capacidad de aislamiento es otra de las sorpresas agradables de este sistema. La madera regula el intercambio de calor entre el interior y el exterior, consiguiendo que las estancias mantengan una temperatura más uniforme. En invierno, se conserva el calor con más facilidad, y en verano, la casa no se recalienta tan rápido. Es como si esas vigas y paneles actuaran de barrera natural contra el clima gallego, a menudo caprichoso.  

La sensación estética no se queda atrás: una estructura de madera a la vista aporta un toque rústico y elegante que nunca pasa de moda. Hay quienes barnizan las vigas con un tono claro para realzar las vetas, mientras otros optan por un color más oscuro que recuerde a las casas antiguas de montaña. En cualquier caso, se consigue un ambiente acogedor que invita a relajarse con un buen libro bajo la luz que entra por las claraboyas.  

Algunas construcciones combinan la madera con otros materiales, como pizarra o teja cerámica, para el revestimiento exterior del tejado. El peso de la cubierta se distribuye sobre las vigas, y la unión entre ellas se refuerza con uniones metálicas discretas. El resultado es un conjunto tan sólido como estético. Incluso se pueden incorporar aislamientos adicionales si, por ejemplo, se busca un plus de eficiencia energética.  

Me contaron que uno de los factores clave es la elección de la madera. No todas las especies sirven para la misma función. Por ejemplo, la madera de pino, cuando está adecuadamente tratada, resulta muy popular en la región, pues combina resistencia con un precio relativamente asequible. También hay quienes prefieren maderas más nobles, con mayor dureza, aunque el coste se eleva. Al final, lo importante es confiar en un carpintero o constructor experimentado que asesore según las necesidades y el presupuesto de cada proyecto.  

El mantenimiento no supone un suplicio. Cada cierto tiempo, conviene revisar el estado de las vigas, sobre todo en puntos de unión y en zonas cercanas a ventilaciones. Un barnizado cada varios años protege la superficie y ayuda a repeler la humedad. Lo bueno es que, con los tratamientos modernos, no hace falta estar constantemente pendiente. Simplemente hay que vigilar que no aparezcan grietas alarmantes o signos de infiltración de agua.  

Quienes dudan de la durabilidad deberían pensar en las construcciones tradicionales que llevan siglos en pie. Eso sí, conviene hacer un trabajo bien pensado desde el principio, con un diseño que distribuya correctamente las cargas y un recubrimiento exterior que no deje pasar la lluvia a raudales. Cuando se realizan esas tareas con profesionalidad, el techo se convierte en un escudo tan fiable como cualquier otro método constructivo, pero con un encanto especial difícil de imitar.  

Admito que me enamora ver la madera fusionada con la arquitectura moderna. Se pueden diseñar espacios diáfanos y luminosos, dejando las vigas a la vista como un homenaje a la tradición, mientras el resto de la casa adopta un estilo contemporáneo. Esa mezcla de rusticidad y vanguardia resulta muy atractiva y demuestra que la madera no está reñida con la innovación.