¿Cómo afecta el invierno a los síntomas del acné?

Los síntomas del acné empeoran durante el invierno debido al impacto de la sequedad y las bajas temperaturas en las glándulas sebáceas. Para combatir sus efectos, la higiene diaria y el uso de exfoliantes y cremas hidratantes adquiere especial importancia, como recomendaría cualquier dermatólogo especialista acne en Vigo a jóvenes y adultos afectados por este trastorno cutáneo.

La Cutibacterium acnes y otras bacterias responsables del acné tienden a causar más estragos durante el periodo invernal. Aunque pueda sonar a mito, es una realidad contrastada. Los granos, espinillas y otros males se agravan hasta un once por ciento durante esta época del año, según un estudio del ‘Journal of the American Academy of Dermatology’ (JAAD).

La causa de este empeoramiento en diciembre, enero y febrero está vinculado con el comportamiento de las glándulas productoras de sebo cuando la piel está más seca. Este fenómeno es más común en invierno que en verano por la acción del viento y los sistemas de calefacción. En cualquier caso, los folículos pilosos se obstruyen con mayor facilidad, propiciando así esta afección cutánea.

La imagen personal y el bienestar de los afectados se verá menos afectada por el acné invernal (como lo denominan los dermatólogos) si se adoptan ciertas medidas. Seguir religiosamente las rutinas de limpieza diaria es importante, pues a fin de cuentas, son las células muertas y la grasa acumulada lo que ocasiona acné, no la sequedad en sí.

Junto con la higiene, se aconseja utilizar productos hidratantes en la zona T (nariz, frente y barbilla), por estar más expuestas al viento, la polución y el frío. Al menos dos veces por semana, el rostro debe exfoliarse para regenerar la piel y mantener bajo control los niveles de grasa.

Adicionalmente, actos tan simples como la ingesta de agua abundante o el uso de bufandas para proteger el rostro contribuyen a mitigar los efectos del acné.