¿Qué es y para qué sirve la cinta marcadora?

Desde su creación en 1845 por el doctor Horace Day, la cinta adhesiva ha evolucionado a pasos agigantados, primero con aplicaciones en la industria médica, después con una generalización de su uso en el mercado doméstico desde principios del siglo XX. La aparición de la cinta con flechas, marcadora o direccional es uno de sus últimos avances, con diversos beneficios para empresas y particulares.

Primeramente, la cinta direccional es un tipo de cinta adhesiva diseñada con flechas e indicaciones de movimiento (entrar, salir, esperar, mantener la distancia, etcétera) para el personal y clientes de supermercados, establecimientos hoteleros, centros hospitalarios y áreas comerciales en general para implementarse a superficies como paredes y suelos. Su objetivo, por tanto, no es mantener unidos dos elementos de forma temporal o permanente, sino orientar y comunicar una información.

De este modo, las cintas marcadoras son un poderoso aliado para señalizar zonas y espacios. En su ausencia, sería necesario instalar múltiples carteles, pintar flechas en columnas y paredes y realizar otras operaciones demasiado costosas.

En tiempos de pandemia, las cintas direccionales dispararon su popularidad por la urgencia de mantener el distanciamiento social en espacios cerrados. De ahí que, junto con los separadores de vidrio, este tipo de cinta adhesiva recibiera una intensa demanda durante la crisis sanitaria del Covid-19.

Justo es reconocer, no obstante, que la cinta adhesiva de marcaje y señalización gozaba ya de popularidad en los centros de almacenaje, donde aún se utiliza para delimitar zonas y aumentar la seguridad y bienestar de los recursos humanos. 

A diferencia de otras soluciones, la cinta marcadora está desarrollada en materiales que resisten el tránsito de personas. Más allá de su elevada resistencia, son tan fáciles de instalar como las cintas y celos al uso. Sin lugar a dudas, este producto tiene bien ganado su sitio en los mercados industrial, doméstico y comercial.