Receta de vieiras rápida y deliciosa
Las vieiras son deliciosas se preparen como se preparen. Pero una de las cosas que producen más rechazo es el limpiarlas adecuadamente. Cuando se adquieren frescas, hay que despegarlas de la concha y dejarlas muy limpias antes de comenzar a preparar cualquier plato. Por eso, lo mejor para la cocina es optar por las vieiras congeladas, igual de sabrosas y con la mejor calidad, pero ya listas para su preparación. Además, se pueden adquirir tanto con concha como sin ella.
Una de las maneras más tradicionales de preparar las vieiras es con jamón, forma también conocida como vieiras a la gallega. Su preparación es muy sencilla y sabrosa. Necesitas un par de vieiras con concha por comensal, cebollas dulces, una loncha de jamón por cada vieira, ajo, vino blanco, pan rallado, aceite de oliva y pimentón.
Se separa el coral del cuerpo de la vieira y se pica junto con la cebolla y el ajo. En una sartén, realizamos un sofrito con la mezcla, añadiendo vino blanco y pimentón. Se puede añadir también un toque de pimienta si se desea. Se precalienta el horno.
En las conchas limpias y secas se coloca una loncha de jamón serrano, sobre este el cuerpo de la vieira y el sofrito. Se le añade el pan rallado y se rocía con un poco de aceite de oliva virgen. Se colocan las conchas sobre la bandeja del horno y se hornean hasta que se vean doradas. Dependiendo del tamaño de la vieira pueden tardar hasta diez minutos.
Para conservar el mejor sabor, lo mejor es servir las vieiras recién hechas, así los comensales disfrutarán de este manjar en su momento óptimo.
Las vieiras congeladas no solo sirven para esta receta, sino que son perfectamente válidas para todo tipo de preparaciones. Un consejo muy interesante es comprar las vieiras en su concha la primera vez, guardar las conchas y a partir de ahí comprar tan solo la carne, evitando así pagar por la concha cada vez que se adquieran. También pueden servirse en lugar de en la concha en pequeños recipientes, pero la imagen no será la misma.
En algunas casas, incluso se decoran las conchas con pinturas especiales que no desprenden tóxicos en la comida, consiguiendo que resulten especialmente bonitas y que, al servir la mesa, el plato se vea todavía más especial de lo que ya de por sí resulta.